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Cada vez son más los deportistas que trabajan con psicólogos. Bien los emplean ellos mismos o están contratados por los clubs, Asociaciones o centros de alto rendimiento. No hace falta estar loco o ser el rarito, basta con querer progresar, mejorar tu rendimiento, alcanzar metas y preservar la salud en un entorno que suele ser bastante estresante.
¿Qué es la Psicología del Deporte?
La Psicología de la Actividad Física y del Deporte es una ciencia que se encarga de estudiar el comportamiento y los procesos mentales en el ámbito de la actividad física y el deporte.
¿Cuáles son los objetivos de la Psicología del Deporte?
La Psicología del Deporte tiene varios objetivos. Cuando se trabaja con deportistas adultos, sobre todo de élite, uno de ellos es optimizar su rendimiento, que rindan lo mejor posible. Pero otro es preservar su salud, teniendo en cuenta que la actividad de estos deportistas es un entorno muy estresante, los hace vulnerables a desarrollar trastornos psicopatológicos. No es que el psicólogo deportivo tenga que tratar esos trastornos, pero debe de prevenirlos, fortaleciendo mentalmente a los deportistas.
Cuando se trata de deportistas jóvenes, además de estos objetivos, más importante es contribuir a que el deporte cumpla con sus objetivos educativos, es decir, que sirva para que los deportistas, sean del nivel que sean, aprovechen su paso por el deporte para crecer como personas.
¿Quién aplica la Psicología del Deporte?
Por un lado el Psicólogo del Deporte, pero no solo él, también los entrenadores y las personas que tienen una responsabilidad sobre los deportistas como los directivos o incluso también los padres.
El entrenador no es el psicólogo, pero puede incorporar la psicología a su método de trabajo para que éste sea mucho más eficaz. Si fuera un entrenador que además fuera psicólogo, la relación de poder que tiene con los deportistas, dificulta que pueda haber ese acercamiento que muchas veces es necesario para ayudar a los deportistas psicológicamente. Ahí es donde entra el Psicólogo del Deporte. El Psicólogo Deportivo no tiene poder sobre los deportistas, no toman decisiones que afectan a estos. Es una persona externa a la toma de decisiones, que puede ayudar a los deportistas a crecer entrenándoles para que aprendan habilidades y asesorándoles cuando sea necesario.
Esa combinación entre el trabajo psicológico del entrenador y el trabajo psicológico del psicólogo es la mejor para optimizar el funcionamiento de los deportistas.
Beneficio psicológico del deporte en los niños
Los niños hacen deporte antes de nacer, dan patadas en la barriga de su madre y patalean y hacen bicicleta tumbados cuando a los 4 meses le cambias de ropa.
El deporte está relacionado con la supervivencia del ser humano, como cuando escapábamos de los animales e incendios y buscábamos agua. Por lo que un niño sano es aquel que corre detrás de un pájaro, se mueve y hace deporte.
El deporte es sinónimo de salud física y psíquica y es la solución a muchos de los problemas de conducta y emocionales en niños y adolescentes como el fracaso escolar, la baja autoestima o el mal uso del tiempo de ocio.
Los beneficios físicos directos, como la mejora del fortalecimiento muscular y la buena apariencia física en general hace que los niños sientan más confianza, pierdan timidez y empiecen a amar su cuerpo. Surge por ellos mismos el interés por hábitos de vida más saludables como alimentarse bien y descansar lo suficiente para tener el mejor rendimiento posible.
A nivel cerebral el deporte ayuda a producir neuronas nuevas y a fortalecer las existentes lo que se traduce en definitiva como un aumento de la inteligencia.
También produce descargas de endorfinas por lo que son menos propensos a sufrir estrés o depresión y libera las tensiones de sus obligaciones escolares.
Desde una perspectiva lúdica les ayuda a gestionar mejor los éxitos y fracasos, el respeto a las normas como recoger el material, el respeto a la figura de autoridad que es su entrenador, disciplina con los entrenamientos, capacidad de esfuerzo para entrenar con frío o calor y gestión de la frustración al jugar en la posición que le digan. De esta manera van entendiendo lo indispensable que es el respeto a las reglas, lo van a generalizar a otros contextos como en casa o en el colegio y les va a ayudar a integrarse en la sociedad.
Aumenta su círculo social y aprenden a relacionarse con otros pequeños de diversos estratos sociales. Además, en un futuro tener una pandilla del deporte les protege de amistades con hábitos poco saludables.
Y por último no hay que olvidar que no hay mayor felicidad y bálsamo para el autoestima que un aplauso desde las gradas de sus padres.